martes, 8 de noviembre de 2011

Adelina

Adelina nace de un dibujillo que hice en el mármol de mi mesa de trabajo. Me resultó simpático.

Se fotografía y lo metemos en el ordenador. Abrimos el archivo generado en Freehand y lo vectorizamos. Damos distintos grosores por medio de trazo caligráfico y lo guardamos como archivo eps.
Ese archivo lo abrimos con Illustrator y tratamos, si nos parece conveniente, los vectores para darles una apariencia menos rígida.
Una vez contentos con el resultado lo guardamos como archivo Ai. Este ya lo podemos abrir en Photoshop.
Aquí ya, colorines, efectos, modos de capa, filtros, pinceles y todo lo que se nos antoje.
De esta forma nace un personaje, modesto en este caso, pero por muy complejas que sean las ilustraciones digitales, básicamente  es lo que tienen.
Lo que demuestra esto que os digo, es que lo realmente importante, como siempre, es la persona que usa el ordenador. La máquina es una herramienta más, al igual que el lápiz o los pinceles.

 

El sexo de los ángeles.

Por fin puedo responder a la antigua pregunta de si los ángeles tenían sexo.
Pues si, lo tenían y lo tienen.
Os presento a Adelina, un ángel femenino que además está orgulloso de serlo, de ahí que nos muestre sus pechos turgentes sin el menor reparo.